Soy Romina, oriunda de Juncal, un pueblo de la provincia de Santa Fe. Desde chica, siempre sentí un amor especial por la ciudad de Buenos Aires y soñaba con vivir acá. Hace 20 años que me instalé en la ciudad que tanto me deslumbraba. Tengo una cuenta de Instagram que es sobre lugares de Buenos Aires. En @ro.turisteandoxba muestro esos rinconcitos de cada barrio, arte callejero, lugares con mucha vegetación, bares de barrio y cuento un poco sobre ellos.
Recomiendo la ciudad como destino, primero porque es la capital del país, y es una gran metrópolis. Buenos Aires es ecléctica; en ella conviven lo antiguo y la historia con lo moderno. Es una ciudad que está siempre a la vanguardia y se va renovando constantemente. Siempre sorprende.
En cuanto al público, al ofrecer tantas cosas para hacer, puedo afirmar que es para todos. La ciudad te ofrece museos, cines, teatros, restaurantes, paseos de todo tipo, espacios verdes con gran variedad de flora y lagos que te invitan a despejarte y que muchas veces uno no cree que esos oasis estén en el medio de la urbe. Tiene la costanera, barrios con distintas características, como La Boca, San Telmo, Palermo, el centro porteño, Puerto Madero, la zona tanguera del Abasto y muchos más que, al recorrerlos, encontrás esos detalles que los hacen únicos.
La gastronomía y la coctelería argentina son de las mejores. La variedad que van a encontrar en la ciudad es mucha y tentadora, dan ganas de probar todo: desde la cocina vietnamita hasta una hamburguesa gourmet. Pero voy a recomendar lugares con platos típicos, por eso el que venga a Buenos Aires sí o sí tiene que probar un buen asado. Para esto mi preferido es La Azulada, está en Palermo, precisamente en Las Cañitas (Báez 302).
La recomiendo porque tiene parrilladas completas, cortes de carne, comidas autóctonas como humitas y tamales y, para los que son vegetarianos, también tiene amplia variedad: pastas, verduras, cazuelas, muchas cosas hechas en horno de barro y a las brasas. Hay muchas parrillas famosas y reconocidas internacionalmente, pero yo me inclino por esta porque se come muy bien, todo es de excelente calidad y los precios son accesibles. Dato: en toda la ciudad hay parrillas del estilo de la Azulada, que van cambiando de nombre, pero el menú es el mismo.
Si van a pasear al centro porteño, por la calle Corrientes, es imprescindible pasar por alguna de las clásicas pizzerías, probar algunas porciones y fainá. Recomiendo varias, hay para todos los gustos: El cuartito, Banchero, Kentucky y muchas más que vas encontrando al paso mientras caminás por esta famosa avenida y, de paso, llegás hasta el Obelisco, monumento icónico de la ciudad que sí o sí tienen que ver si la visitan.
Para los amantes de la buena coctelería, mi preferido es Anasagasti Bar: un espacio a puertas cerradas a metros del shopping Alto Palermo con los mejores tragos de autor que probé hasta ahora. Van a querer probar todo, se los aseguro (Pasaje Anasagasti 2067).
Tampoco puede faltar un buen café en algún barcito porteño. Mi favorito: el Café Cortázar, también por Palermo (Cabrera 3797). Con desayunos y meriendas completos y también exquisiteces en su menú. Además del café, su especialidad es la variedad de picadas que son una delicia. Está dedicado al gran Julio Cortázar, por eso verán retratos, frases y libros suyos decorando el lugar.
Ya se imaginarán que disfruto todo de la ciudad, hasta el trayecto que hago cuando voy al trabajo o a la verdulería: siempre encuentro algo que me impacta, que llama mi atención. Pero voy a elegir tres lugares, que justamente describen esta gran diversidad de los barrios, como contaba antes:
Primero, mi favorito, el barrio de San Telmo. Hay que comenzar a recorrerlo desde la plaza de Mayo, donde vamos a encontrar la casa de gobierno (la Casa Rosada), el Cabildo, la Catedral y muchos edificios históricos. Luego, pueden tomar la calle Bolívar, una de las más lindas de la ciudad, toda empedrada. Ya en pleno San Telmo, lo mejor son sus ferias que las encontramos los fines de semana. Las murgas callejeras son un espectáculo. Pueden dar una vuelta por el famoso Mercado del barrio, donde se formó un polo gastronómico interesante, con platos argentinos y de otros países. Este barrio es ideal para visitar locales de antigüedades, de objetos de colección, disquerías. Hay iglesias con mucha historia y museos. Además, en sus calles van a encontrar esculturas de personajes famosos de la historieta argentina, como Mafalda, Clemente, entre otros. Estos conforman el Paseo de la Historieta, que también se extiende por otros barrios. Particularmente, hay una galería muy chiquita, que me gusta mucho, que es la Galeria Solar de French (Defensa 1066): tienen cositas para regalar muy lindas, antiguas y modernas, y está cubierta con paraguas de colores del Umbrella Project, que se ve también en otras ciudades del mundo y le dan un toque muy pintoresco.
En segundo lugar, elijo el barrio de Palermo, mi barrio desde hace varios años, que es muy grande y tiene los espacios verdes más lindos: el Rosedal, los lagos, el Jardín Botánico, el Planetario, el Ecoparque, el Jardín Japonés. Este barrio refleja la vanguardia de la ciudad, siempre se está renovando, siempre encontrás mucho streetart nuevo, esculturas, bares temáticos, ferias, mucho arte. Recomiendo también darse una vuelta por Plaza Serrano y por la Plaza Armenia, ambas tienen ferias los fines de semana y siempre sorprenden.
Y en tercer lugar elijo Puerto Madero, donde podemos ver el contraste de los galpones antiguos convertidos en edificios, restaurantes y oficinas con la parte nueva que aparece al cruzar las dársenas, yendo para el lado de la costanera sur. Es una zona muy linda para caminar, cruzando el famoso Puente de La Mujer, obra de Santiago Calatrava. También van a encontrar muchos espacios verdes, murales, hoteles, embarcaciones y edificios muy modernos. Pueden visitar el Buque Museo Fragata Sarmiento, que se encuentra amarrado en el dique 3.
Para terminar, debo decir que son tantos los lugares maravillosos que ofrece la ciudad, que siento que me quedé muy corta en las descripciones y en las recomendaciones. Siempre pasa que empiezo a recomendar algo, y me acuerdo de otra cosa, y otra, y otra que no puede faltar y así. Hace varios años que vivo acá, y siento que nunca voy a terminar de conocerla por completo.