Un viaje en el Viejo Expreso Patagónico
El tren centenario de Esquel
4 Marzo de 2021
4 Marzo de 2021
La Trochita, ese místico tren, reconocido como Monumento Histórico Nacional, desde 1945, es icono en Esquel, el poblado de Chubut rodeado de cerros y valles. Con su trocha de apenas 75 cm y su inconfundible perfil de museo rodante, el viejo expreso patagónico es uno de los atractivos más característicos de Esquel, además de una excursión imperdible en cualquier época del año.
La Trochita nos da la oportunidad de conocer un bellísimo e imponente paisaje, viajando de la misma forma que desde hace más de setenta años. Sus pequeños vagones y su particular trocha angosta lo hacen único en el mundo y convierten el trayecto en una verdadera aventura. Recorre 18 kilómetros hasta la estación Nahuel Pan, el lugar de residencia de una comunidad Mapuche-Tehuelche. Allí, mientras el tren realiza las maniobras para el regreso, se puede visitar el Museo de Culturas Originarias que preserva el patrimonio acompañado de interesantes relatos, Casa de las Artesanas, en donde se exponen piezas de plata, madera y textiles todas hechas por la población rural de la zona que concretan en este sitio la venta directa y una feria de artesanos locales. El dato infaltable son las tortas fritas que esperan la llegada de los viajeros para disfrutar mientras viven un acercamiento con la comunidad y su gente.
Una aventura que atraviesa el tiempo
El tren corre todo el año, en el invierno es posible recrear los épicos viajes de los pobladores que desafiaban a la nieve y el frío a bordo del tren, calefaccionados con salamandras a leña que todavía hoy siguen cumpliendo su función a la perfección. En verano los colores son protagonistas y una postal a cada paso.
Excursiones guiadas a caballo
La geografía en la que se asienta Esquel ofrece diversas alternativas para disfrutar de cabalgatas. En la entrada de Esquel, en un ambiente predominantemente rural, se ubica la chacra Los Álamos, tradicional organizador de las excursiones a caballo que recorren la zona del Valle Chico y las estribaciones del cerro Nahuel Pan. Pensadas para toda la familia, las cabalgatas varían en su duración desde paseos sencillos y de baja exigencia de alrededor de una hora hasta jornadas completas que exigen a los jinetes mayor tiempo y disposición. En ocasiones especiales se realizan también excursiones nocturnas bajo la luz de la luna llena.
La tropilla está conformada por caballos que se caracterizan por su docilidad y que están habituados a recorrer este tipo de geografía, así que no es necesario tener experiencia previa, sólo hace falta llevar un calzado cómodo y un buen abrigo.