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Misterio: la historia del suizo que construyó un ovnipuerto en Cachi y desapareció

Werner Jaisli construyó el lugar luego de que aseguró haber sido contactado telepáticamente por seres interplanetarios.

25 Junio de 2021

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A 2.400 metros de altura, luego de trepar la cuesta del Obispo, atravesar el Parque Nacional Los Cardones y dos pueblos, se puede llegar al ovnipuerto de Cachi, un rincón del país que esconde un misterio profundo.

Este lugar se trata de una estación para aterrizaje o despegue de objetos voladores no identificados, construida por el ciudadano suizo Werner Jaisli.

Jaisli llegó a Salta allá por el 2008 con un solo objetivo, construir un ovnipuerto. Esta pista ocupa un espacio de cuatro cuadras y tiene nombre propio: Estrella de la Esperanza.

En realidad, no se trata de una sola estrella, sino de doce, dibujadas en la tierra, marcadas con piedras o pintadas a la cal, que miran el cielo transparente de Cachi. La mayor es una estrella blanca de 36 puntas y de 48 metros de diámetro. Es el faro del ovnipuerto. En su interior, hay otra menor, del mismo color, pero de 12 puntas.

Las estrellas tienen todas distintos tamaños. Desde el cielo se puede observar cómo fueron trazadas con una simetría impecable. Lo curioso es que Werner no usó ningún tipo de guía o plano.

Su trabajo fue realizado con la ayuda de tres personas que quedaron anonadadas cuando vieron cómo el artista dibujó cada una de las estrellas, tirando algunas piolas al piso y logrando una estrella casi perfecta.

Pero, ¿por qué eligió ese lugar?

Hubo una noche donde la vida del suizo cambiaría para siempre y la que lo dirigió hacia un nuevo viaje hacia las estrellas. El 24 de noviembre de 2008,Werner Jaisli, vio dos objetos voladores redondos no identificados, de entre 12 y 15 metros de diámetro.

?Estaba en Fuerte Alto con mi vecino Jorge. Era la medianoche del 24 de noviembre de 2008. Se sentía desde abajo el ruido de una fiesta en el Complejo Deportivo. De pronto todo quedó en silencio, se cortó el suministro de energía. Era la oscuridad total. ?Es una noche de ovnis?, le dije a Jorge. Y no había terminado la frase, cuando dos objetos luminosos avanzaron a unos 200 metros sobre el río Calchaquí. Eran sólidos, circulares y como de metal bruñido. No sé por qué, pero mentalmente les pedí que se acercaran. Y lo hicieron! Se posaron a unos 100 metros sobre nuestras cabezas y proyectaron sobre nosotros un haz de luz que nos hacía ver a ambos con brillo propio. Lo curioso es que no nos afectaba la visión. Algo comenzó a bullir por mi cerebro: era una orden. Me pedían telepáticamente que construyera el ovnipuerto?, señaló Werner durante una entrevista a un medio local.

Según el artista, los objetos eran negros y rojos, y el avistamiento duró unos 45 minutos. En ese momento se encontraba acompañado por Jorge Reyes, un lugareño que era vecino del suizo.

En diciembre del 2013, Werner desapareció de los Valles Calchaquíes sin terminar su obra, y corrían rumores de que se lo llevaron los ovnis. Tras seis años sin ser visto, en julio del 2019 Jaisli reapareció.

?Cuando lo conocí por primera vez, vestía como cualquier ciudadano? relata David Zuleta, empleado de la dirección de Turismo, que filmó una entrevista con los detalles donde Werner narró ese encuentro. ?Con el correr del tiempo adoptó una vestimenta llamativa: apareció con un turbante, un chaquetón y pantalón todo negro. Portaba un báculo y en una de sus puntas ató plumas de loro?, narró durante una entrevista.

El artista asegura que, a lo largo de más de una década tuvo 200 avistamientos de ovnis, pero que nunca sintió temor sino mensajes de amor y paz. Para él su obra era sagrada.

Según los pueblerinos, Werner iba a irse a Bolivia a construir otra estrella igual y después a Suiza, para regresar a Cachi en Pascua, pero nunca apareció. Tuvo varios contactos con Jorge Reyes, quien ayudó en la construcción del ovnipuerto, pero una vez que pasó el tiempo no se comunicó más.

El ovnipuerto de Cachi terminó de construirse en 2012 y ahora es administrado por la municipalidad local. Los colores de las piedras marcadas con cal no se lavan, pese a las lluvias. La obra de Werner subsiste hace más de 15 años.

Frente a la pandemia, las restricciones a los turistas han sido inevitables, sin embargo, se puede apreciar desde el cielo a través de imágenes satelitales, como es el caso de Google Earth.