El yaguareté, como llaman en guaraní al jaguar, es el depredador más amenazado de Sudamérica. Históricamente, su hábitat se extendía por todo el continente americano, desde los bosques del noroeste de Estados Unidos hasta los pastizales de la Patagonia. Hoy, sin embargo, la especie se da por extinguida en Uruguay y en El Salvador, en EE.UU. solo sobrevive algún que otro macho solitario y en Argentina ha desaparecido del 95% de los lugares donde solía habitar. Se calcula que en nuestro país solo quedan alrededor de 200 individuos, aislados los unos de los otros como consecuencia de la fragmentación de los corredores biológicos por los que transitaban.
En la provincia de Corrientes, donde protagoniza leyendas, canciones populares y carteles turísticos, no se le había visto en siete décadas. Pero aquí, en una isla de los humedales del parque nacional Iberá, el Centro de Reintroducción del Yaguareté (CRY) de Rewilding Argentina, una de las fundaciones de Tompkins Conservation, lleva seis años trabajando por devolver a este gran felino a sus dominios legítimos.
Los cachorros de la foto, Karaí y Porá, nacieron el pasado septiembre en la isla de San Alonso, en un ?corral? de 30 hectáreas diseñado por el CRY para complacer al jaguar más exigente. Aunque ellos no lo saben, pues todo el proyecto se está desarrollando sin que tengan ningún contacto con humanos, llevan desde el 7 de enero en libertad, haciendo historia, campando a sus anchas por las selvas y humedales del Parque Iberá.
Los acompaña su madre Mariua, quien, como también podéis ver en la imagen lleva al cuello un collar GPS que informa a la CRY de sus movimientos. De hecho, si quieres, tú también puedes seguir sus pasos y evolución aquí.
El collar junta puntos de GPS cada tres horas y, todos los días, a las 5:00h de la mañana los manda vía satélite a los ordenadores del centro. Cuando hay muchos puntos juntos significa que pasó varias horas en un mismo sitio, o bien durmiendo o comiendo algo que cazó.
?Mariua está cazando una presa cada dos días. Generalmente son carpinchos (capibaras) y cerdos cimarrones. Tiene que cazar bastante porque tiene dos cachorros grandecitos, de casi seis meses?, nos cuenta Sebastián Di Martino, director de Conservación de Rewilding Argentina, en conversación telefónica. Se le nota contentísimo. ?Todo va incluso mejor de lo planificado?.
Vista del Parque Iberá.
Desde hace un par de semanas, Mariua y los pequeños se encuentran a unos cuatro kilómetros al sur del lugar de liberación. ?Al principio se instalaron muy cerca del corral, a unos escasos 700 metros, y ahí estuvieron bastantes días, muy a gusto según pudimos ver a través de las cámaras trampa. Pero ahora que Karaí y Porá ya son más grandes y están dispuestos a caminar durante más rato, se están moviendo más y se han ido a explorar algo más lejos?, informa Sebastián. A la familia de Mariua pronto se le unirá la de su hermana Juruna, que será liberada cuando sus cachorros crezcan un poco más.
Mariua y su hermana Juruna llegaron al Centro de Reintroducción del Yaguareté de la isla de San Alonso hace dos años, después de que los cazadores furtivos mataran a su madre en la selva de Brasil. ?Aunque llevan dos años aquí e Iberá, su paisaje, sus sonidos y sus olores ya son su casa, queremos evitar que se pongan a caminar a lo loco y acaben desorientadas?, nos explica Sebastián sobre la estrategia detrás de la liberación. ?Con cuatro meses de edad, los cachorros son lo suficientemente grandes para poder seguir a su madre, pero no tanto como para irse demasiado lejos. Esto obliga a las hembras a ir poco a poco, a tomarse su tiempo para familiarizarse y orientarse, que es justo lo que queremos?.
Antes de que acabe el año, les tocará el turno a Aramí y Mbareté, que en junio cumplirán tres años y tienen el honor de haber sido los primeros jaguares en nacer en el CRY. Se espera que también lo harán con sus crías.
?La idea es soltar primero varias hembras con sus crías y, cuando tengan bien establecido su territorio, soltar al macho?, nos explica Sebastián. Las hembras definen su territorio según la disponibilidad de presas. Los machos, además, según las hembras disponibles. El macho, que es el papá de Karaí, Porá y sus primos, se llama Jatobazinho. También es brasileño, de la zona sur del Pantanal, y silvestre. ?Se lo encontraron unos niños de la escuela de Jatoba y lo bautizaron así. Apareció nadando a través del río. Estaba en muy malas condiciones físicas, muy debilitado, y cuando llegó a la orilla se quedó escondido debajo de un bote de madera dado la vuelta?, relata Sebastián. Enviado a un centro de rescate, fue transferido al CRY en septiembre de 2019.
Mapa de los proyectos de reintroducción de Rewilding Argentina en el Parque Iberá.© Rewilding Argentina
Pero el del yaguareté no es el único proyecto de reintrodución y regeneración de especies de Rewilding Argentina en el Parque Iberá. También está el de osos hormigueros, de los cuales ya hay varias generaciones. El de venado de las pampas, que con 200 ejemplares que se reproducen por sí solos ya es la mayor población de esos animales en peligro de extinción. El de los muitúes (Crax fasciolata), una especie como de gallina enorme y preciosa que llevaba cincuenta años desaparecida de la zona y que hace un par de semanas tuvieron sus primeras crías. Y el de los guacamayos rojos, que habían desaparecido de la región hace siglo y medio. ?Los guacamayos tuvieron sus primeros pichones el año pasado. Son dos hembras. Aún siguen con los padres y son medio torpes para conseguir comida y romperla, pero ya saben volar?, nos cuenta alegre Sebastián. Es lógico que esté contentísimo.
Fuente: Condé Nast Traveller