Sobran las razones por las que los pueblos argentinos están considerados de los mejores del mundo. En esta nota te contamos cuáles son, a qué se debe su encanto y qué hace tan especial a cada uno de los pueblos que izan la bandera celeste y blanca.
El Best Tourism Villages es una iniciativa de la OMT que busca reconocer a localidades rurales del mundo entero por su compromiso con la promoción turística, la conservación del patrimonio cultural y el desarrollo sostenible. Lugares que hayan logrado adoptar enfoques innovadores respecto al turismo y que promuevan sus creencias, conocimientos, productos y estilos de vida. ¿Para qué? Para impulsar y poner en valor la singularidad de todos ellos.
Argentina, a falta de un aspirante, tiene tres. Encantadores por sus secretos, historias y magia. Únicos por su cultura, su sencillez y sus postales. Con orígenes diversos y una gastronomía que - como todo el país - seduce a viajeros a lo largo y ancho del globo. Perfectos para el premio, sea cual sea el resultado. Pero dejamos el misterio de lado, seguí leyendo y descubrí cuáles son:
Trevelín, ChubutUn pueblito con raíces galesas al borde de la majestuosa Cordillera de Los Andes. Tiene 9.000 habitantes y es dueño de una de las vistas más coloridas de todo el país: el Campo de Tulipanes y Peonías que florece durante el mes de octubre. Además, atrae a sus visitantes por la inmensidad de sus montañas nevadas y la ruta del vino chubutense que es sede de algunas de las bodegas (y elíxires) más australes del mundo.
Caspalá, JujuyQueda a algo más de 200 km de la capital de Jujuy. Más precisamente en el departamento de Valle Grande y entre cerros rojizos de 3000 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con una comunidad agroganadera de 300 habitantes listos para darle la bienvenida a sus invitados turísticos. La calidez de sus guías, sus hospedajes, las artesanías y su gastronomía lo posicionan fácilmente en el tablero de los mejores del mundo.
Tip viajero: ¡es un destino clave para emprender la travesía del Camino del Inca y la Serranía de Hornocal!
Concepción del Yaguareté Corá, CorrientesUna joyita en el interior de la provincia de Corrientes que es - además - una de las puertas al maravilloso ecosistema del Parque Nacional Iberá. Fue testigo del paso de los Jesuitas y hoy tiene un poco más de 5000 habitantes. Su nombre se traduce del guaraní como Corral de Tigre porque en ese entonces eran muchos los felinos sueltos por la zona. Hoy sobra la vegetación y el encanto de los lugareños.
Ahora bien, ¿a qué se debe la magia que hace a estos y a todos los pueblos argentinos tan especiales? Destacamos algunos de los tesoros mejor guardados:
Sus colores¿Colores en Argentina? En todos lados. Y los candidatos al premio Best Tourism Villages, están para demostrarlo. Trevelín se llena de tonos multicolores con el florecimiento de sus tulipanes. Un juego de matices cromáticos que combina a la perfección con el blanco de la Cordillera y el verde de su entorno. El color del agua correntina - y todo el territorio - es un espectáculo que mejora aún más cuando baja el sol. Y Caspalá, junto a todos los pueblitos del norte, imprime tonalidades rojizas increíbles en cada uno de sus cerros. Ni hablar del arcoíris textil de las vestimentas norteñas.
La calidez de la genteSi de algo sabemos, es de dar afecto. Sobran los abrazos, vuelan los besos y se escuchan las risas. Tanto, que la premisa se respeta (y cumple con honores) hasta en las localidades más pequeñas. Por eso, cada vez que se pisa un pueblo se siente el calor del cariño y la bienvenida de sus habitantes. Por eso, aunque los conozcamos en un día, siempre decimos que volveríamos de nuevo. Por eso, unas vacaciones por el interior del país despiertan la emoción de cualquiera.
Su gastronomíaArgentina es sinónimo de aromas y sabores deliciosos: los tamales y empanadas del norte, el pescado y el cordero del sur, el locro, los guisos, los alfajores, el dulce de leche y la famosa carne nacional. Los pueblos, fieles a sus raíces, son cuna de recetas. Dueños del sabor de lo casero y el gusto a las recetas de la abuela. En pocas palabras, espectáculos sensoriales que hacen bailar hasta a los paladares más exigentes.
Fuente: Argentina Travel